Cómo conservar Trufa Negra

La mejor forma de disfrutar del incomparable aroma y sabor de las trufas negras es consumirlas frescas y para ello es muy importante conservarlas correctamente. Nuestras recomendaciones básicas son:

• Las trufas nunca deben conservarse a temperatura ambiente. Es necesario refrigerarlos a una temperatura no superior a 4ºC.
• Cuando se conservan en nevera, es recomendable guardar las trufas en un recipiente hermético y colocarlas sobre un lecho de arroz, que absorberá la humedad y las conservará por más tiempo. Si no tenemos arroz a mano, la alternativa sería utilizar papel secante, que habría que cambiar con regularidad.
• Es importante abrir el recipiente donde se guardan las trufas una o dos veces al día, para evitar la acumulación de humedad y permitir que las trufas “respiren”.
• Si el recipiente no es hermético, las trufas se deben cubrir con un paño y, si es posible, se debe utilizar un recipiente de barro.

Las trufas frescas tienen una vida útil muy corta y, aunque nadie puede estar en desacuerdo con que la mejor manera de disfrutar de las trufas es lo más fresco posible del suelo, hay ocasiones en las que eso simplemente no es posible.

Al igual que con todos esos deliciosos alimentos frescos, las trufas son de temporada. Incluso dentro de las estaciones, ciertamente hay momentos en los que alcanzan su punto máximo absoluto. Os mostramos tres formas de conservar la trufa para utilizarla durante todo el año:

• Aceite de trufa
• Mantequilla de trufa
• Sal de trufa

La mantequilla de trufa es una excelente manera de conservar las trufas negras para cocinar. Las trufas negras tienen un sabor más robusto que las trufas blancas y, por tanto, pueden utilizarse en platos que requieren más cocción. La mantequilla de trufa es realmente simple de hacer e implica mezclar la trufa con mantequilla salada o sin sal.

¡Descubre la recete en nuestro recetario!